Este año 2007, nos dijimos con mi socio por qué algunas de nuestras ranas juveniles muertas no tratarlas de secarlas y dejarlas de muestra en un recipiente para que aquellos que temen tocar una rana verdadera puedan apreciar lo importante que son en nuestro ciclo de vida.
Muchos hablan y hablamos del calentamiento global y las medidas aun no bastan, otros por causas productivas estan buscando nuevas formas de utilizar las energias limpias y me pregunto cuantas especies desaparecen en este mismo segundo.
Cuando fui a darle unas charla a niños de quinto básico y sesto básico al Colegio Pucará de la ciudad de Ovalle, y presenté a nuestras ranas muertas y les expliqué como muchas murieron, en los más pequeños vi su preocupación, en los mayores ya de 13 años en promedio con otros intereses ligados a la reproducción humana, al finalizar la charla cambiaron sus caras cuando le dije que debiamos tener cuidado con los cambios, la desaparición de estos anfibios, las mutaciones y los mismos cambios como especie humana que estamos sufriendo aún no nos alarman lo suficiente, simplemente porque aún no es una crisis mortal para nosotros.